jueves, 30 de agosto de 2012

¡San Felipe! ¡Combinación a Putaendo!


Corto relato sobre el tren que unía San Felipe con Putaendo por allá por los años 1947 y que transportaba a mucha gente que concurría a su Sanatorio.


A un costado de la estación de San Felipe, el pequeño tren de trocha angosta espera a los viajeros que continúan hacia Putaendo. Varios coches de tercera clase y uno de primera al final del convoy. Mientras los pasajeros se acomodan, el tren mayor, vía Los Andes, prosigue su viaje en dirección a las altas montañas. San Felipe se despide de los viajeros en el paradero Prat, lugar preferido de aquellas personas que desean llegar cuanto antes al centro de la ciudad. A la izquierda aparecen los cerros de Catemu, perteneciente a una de las cadenas transversales que unen la cordillera de los Andes con la costa. Por varios instantes, el tren corre al lado del rio Putaendo o estero del Chalaco, como también se le denomina.

Una pasada de cemento, practicada en el lecho mismo del río, indica la proximidad de la quebrada  “Lo Herrera” pueblecito muy antiguo, de origen minero, ubicado al otro lado del río. Dos estaciones ya han sido dejadas atrás: Punta de Olivo y Las Coimas, pequeños pueblecitos, cuya principal característica son sus huertos frutales. Las Coimas con un caserío de regulares dimensiones alrededor de la estación, se vanagloria de haber sido el sitio de una de las primeras escaramuzas del Ejercito Libertador, antes de la batalla de Chacabuco.



Monumento recordatorio batalla Las Coimas

Una nueva parada en el poblado de Rinconada de Silva. A la derecha, a cierta distancia de la estación, se eleva un montículo, en cuya cumbre se puede ver perfectamente una gran cruz. Se trata del Cristo de Rinconada, tallado en madera de un pino centenario de la región por el escultor alemán Peter Horn, en el año 1935.



El trencito prosigue su viaje. El río ha desaparecido a la vista. Pasan los pueblos de Ermita y El Sauce, este es el último antes de Putaendo. De ambos, la fruta y el pasto son sus productos principales.
El tren entra a la estación de Putaendo en donde la gente desciende para dirigirse a sus casas o al Sanatorio.



Hay varios cocheros esperando al tren para trasladar en sus “victorias” a los pasajeros que se dirigen hacia ese establecimiento bastante alejado del pueblo. El Sanatorio de Putaendo está conceptuado entre los mejores de América en su género

Putaendo pueblo antiguo, de casas bajas y manzanas irregulares,  ubicado a 325 metros sobre el nivel el mar, está rodeado de hermosas quintas y praderas, se ha convertido en cálido hogar de todos aquellos que han llegado a él buscando salud y felicidad.






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